La normativa europea tiene claro que el bienestar animal es la clave para lograr una producción ganadera sostenible. Así, constituye uno de los elementos básicos de la estrategia ‘de la granja a la mesa’, que adoptó la Comisión Europea. Las regulaciones nacionales, por tanto, han de contagiarse de este espíritu y establecer pautas que contribuyan en este aspecto en cada una de sus zonas de alcance.
Por ello, en nuestro país se aprobaron recientemente dos reales decretos que buscan mejorar las condiciones de los animales en las granjas, en cuanto a su bienestar. También establecen ciertas normas con el fin de marcar penalizaciones. Esta nueva regulación completa el paquete normativo de acompañamiento para el desarrollo de la nueva Política Agraria Común (PAC) en España.
Dado que el decreto establece modificaciones relativas al transporte de animales y sacrificio e indica normas mínimas para la protección de cerdos, las instalaciones ganaderas tendrán que asegurarse de cumplir con los requisitos exigidos. Se trata de mejorar las condiciones de las granjas en general y el manejo de los animales.
La normativa señala nuevos valores en la densidad máxima de animales en las granjas, condiciones relativas a la alimentación, agua, comederos o ambientales y, para ello, los ganaderos tendrán que contar con herramientas que les faciliten esta tarea.
En este sentido, ya existen soluciones de inteligencia artificial que proporcionan un sistema automatizado para el conteo de animales. Para ello, se registran las descargas de cerdos de los camiones de transporte, entre otros, mediante una cámara de vídeo.
La aplicación de la IA es una ayuda necesaria para garantizar el bienestar animal porque, ahora, para cumplir con la ley, será necesario poder llevar a cabo un conteo intensivo y fiable de los cerdos cuando estos llegan a una instalación ganadera. Hasta ahora el proceso de conteo de cerdos en las descargas en mataderos se realizaba de forma manual, lo que conllevaba un elevado porcentaje de errores.
La IA permite evitar los posibles fallos humanos, al tiempo que se optimizan los procesos y se aumenta la productividad del matadero. Y, no menos importante, garantiza que se cumple con los requisitos relativos a la densidad de animales en la instalación ganadera y al transporte y sacrificio de los cerdos.
Contar con soluciones inteligentes ayuda a la trazabilidad total de los animales, que permite que el consumidor final pueda conocer de qué granja proviene ese animal con total garantía y estar seguro de que la calidad de la carne que consume es óptima. Todo ello, de este modo, garantiza el cumplimiento con la normativa sanitaria y alimentaria y, por tanto, se evitan posibles sanciones administrativas y/o económicas.